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La inflamación de garganta es una afección muy común que puede ser causada por diversos factores, desde una simple alergia hasta una infección bacteriana. Aunque generalmente no es grave, puede ser muy molesta y, en algunos casos, llevar a complicaciones más serias que conviene tratar de inmediato.
Para prevenir la inflamación de garganta, lo primero que hay que hacer es identificar los factores que pueden causarla en nuestro caso particular. Si tenemos alergias, por ejemplo, debemos evitar el contacto con los alérgenos; si sufrimos de reflujo gastroesofágico, es importante controlar la dieta y mantener una buena higiene oral.
La inflamación de garganta es una afección muy común que se produce cuando las amígdalas, los tejidos alrededor de la garganta o la faringe se irritan. Esto puede ser causado por virus, bacterias, alergias o irritantes ambientales. La inflamación de garganta puede ser muy dolorosa e inconveniente, y puede impedir que las personas hablen, tragan y respiren con normalidad.
Los síntomas de la inflamación de garganta suelen incluir dolor o picazón en la garganta, dificultad para tragar, sensación de ardor o picor en la garganta, tos y estornudos. A menudo hay una secreción amarillenta o verdosa de las amígdalas, y a veces se puede notar hinchazón en la cara o el cuello. La inflamación de garganta generalmente es causada por virus, como el resfriado común o el virus de la gripe, pero también puede ser causada por bacterias, alergias o irritantes ambientales.
A menudo, la infección de gargante se produce en respuesta a una enfermedad o infección, como el resfriado o la gripe, pero también puede ser causada por el tabaquismo, el cambio de clima o la exposición a sustancias irritantes. La inflamación de garganta puede causar dolor, picazón y ardor, así como dificultad para tragar y respirar. Afortunadamente, hay muchas maneras de prevenir y tratar la inflamación de garganta.
Los síntomas de la inflamación de garganta pueden incluir dolor, ardor o sensación de quemadura al tragar; dolor de garganta; dificultad para tragar; ganglios linfáticos inflamados; pérdida del apetito; ronquera y/o voz ronca. La persona puede también sentirse cansada y con fiebre.
Para prevenir la inflamación de garganta, es importante evitar las situaciones que puedan irritar o infectar las vías respiratorias. Esto incluye:
Estar al tanto de los síntomas de enfermedades respiratorias y consultar con un médico si se presentan.
Llevar un estilo de vida saludable para fortalecer el sistema inmunológico.
Evitar el contacto cercano con personas que tengan enfermedades respiratorias.
No fumar ni exponerse al humo del tabaco.
Controlar la temperatura y la humedad del ambiente para evitar que sea demasiado seco o húmedo.
Hay varios remedios caseros que puedes usar para aliviar la inflamación de garganta. En primer lugar, prueba con una bebida caliente. El agua caliente o el té pueden ayudar a disolver el moco y a reducir la inflamación.
También puedes tratar la inflamación de garganta con una solución salina. Mezcla un cuarto de cucharadita de sal en un vaso de agua tibia y haz gárgaras con ella. Otra opción es tomar jugo de limón con miel, que es un remedio tradicional para la garganta irritada. Limpia bien un limón y córtalo en rodajas finas. Pon las rodajas en un vaso de agua tibia y añade miel hasta obtener el sabor deseado. Si los remedios caseros no funcionan, ponte en contacto con tu médico para que te recomiende tratamientos más efectivos.