Añadiendo al carrito...
El acné es una afección dermatológica muy común que se caracteriza por la presencia de granos, espinillas y/o protuberancias en la piel. Aunque el acné suele aparecer durante la pubertad, también puede afectar a adultos. En este artículo, te contamos todo lo que necesitas saber sobre el acné: qué es, qué lo provoca y cómo prevenirlo.
El acné es una enfermedad de la piel que se caracteriza por la aparición de granos, espinillas y puntos negros. La causa del acné se debe a un exceso de sebo en la piel, que obstruye los poros y favorece la aparición de bacterias. El acné es muy común durante la adolescencia, ya que es en esta etapa cuando se produce el mayor incremento hormonal.
Aunque el acné es incómodo y antiestético, afortunadamente existen tratamientos eficaces para combatirlo. Para prevenir el acné, es importante mantener la piel limpia e hidratada, así como evitar tocarse o rascarse los granos.
El acné es una afección de la piel que se caracteriza por la presencia de granos, espinillas y/o manchas. Aunque generalmente se asocia con la pubertad, el acné puede afectar a personas de cualquier edad.
Las principales causas del acné son:
- La producción excesiva de sebo por parte de las glándulas sebáceas.
- Los poros obstruidos que impiden que el sebo se drene correctamente.
- Las bacterias que infectan los poros obstruidos.
- Los nudos en el interior de los poros (conocidos como "quistes").
- La inflamación causada por las bacterias o los quistes.
Otras posibles causas del acné incluyen:
- Los cambios hormonales (por ejemplo, durante la pubertad, el embarazo o la menopausia).
- Algunos medicamentos (por ejemplo, anticonvulsivos, esteroides u hormonas).
- El estrés.
El acné se puede prevenir con un buen cuidado de la piel. Limpiar la piel de forma regular con un jabón suave ayuda a remover las impurezas y el exceso de grasa que pueden obstruir los poros.
También es importante exfoliar la piel de forma regular para ayudar a eliminar las células muertas de la superficie de la piel. Aplicar un tónico facial después de limpiar y exfoliar ayuda a equilibrar el pH de la piel y también reduce el riesgo de que se produzcan brotes.
El acné es una condición de la piel que se caracteriza por la aparición de pequeños granos en la cara, el cuello, los hombros y la espalda. Aunque el acné es común en adolescentes y adultos jóvenes, también puede afectar a niños y adultos mayores.
Existen diversos tratamientos para el acné, pero no todos funcionan igual para todas las personas. Algunos tratamientos tópicos (aplicados directamente sobre la piel) incluyen medicamentos recetados o de venta libre como peróxido de benzoilo, ácido salicílico y retinoides. Otros tratamientos orales (tomas internas) incluyen antibióticos y isotretinoína. Consulte a un dermatólogo para obtener más información sobre cuál es el mejor tratamiento para usted.
Los efectos secundarios del acné incluyen enrojecimiento, hinchazón, sequedad y descamación de la piel, picor y ardor. El acné también puede causar cicatrices y manchas en la piel.
El acné se produce cuando las glándulas sebáceas de la piel producen exceso de sebo. El sebo atrapa las bacterias y los desechos en los poros, lo que provoca inflamación.
El acné es una enfermedad de la piel que se caracteriza por el brote de granos e inflamación. Afecta a personas de todas las edades, pero es más común en adolescentes y jóvenes adultos.
Existen diversos factores que pueden causar o empeorar el acné, incluyendo la exposición al sol, la contaminación, el estrés, los cambios hormonales y determinados medicamentos. La mayoría de las personas con acné no requieren tratamiento médico, pero para aquellos con formas graves de la enfermedad, existen diversos tratamientos eficaces disponibles.
Para prevenir el acné o minimizar sus síntomas, es importante mantener una buena higiene facial, protegerse del sol y evitar los factores desencadenantes.